Desde hace un buen tiempo, se visualizan importantes herramientas de construcción estratégica que se inscriben en el marco del lineamiento y direccionamiento empresarial. Ese, es el caso del Plan Estratégico de las Tecnologías de la Información y comunicaciones (PETIC).
Lo definimos, como el principal instrumento para retratar y articular la estrategia de Tecnologías de Información (TI) de una compañía. Éste, se representa a través de un documento de gestión, que tiene como misión orientar en el desarrollo de un plan tecnológico estratégico. Esta radiografía se realiza en tres momentos: Un diagnóstico que indique el estado actual de la empresa, el deber ser, que interprete el lugar y el resultado al que quiero llegar con la buen práctica de mi PETIC, y finalmente, la hoja de ruta que permita cerrar la brecha entre el diagnóstico y el deber ser.
La máxima pretensión de un PETIC, es la de ser motor de la transformación digital de las organizaciones, constituyéndose como prioridad y complemento al plan estratégico corporativo. La transformación digital implica un esfuerzo importante en la forma de relacionamiento con los diferentes públicos, como clientes, proveedores, aliados y en general los interesados en torno a la organización, así como los medios de comunicación disponibles para facilitar la relación entre las partes, como la atención física o presencial, telefónica, correo electrónico, chat en línea, autoservicio en línea, etc., por este motivo se debe dar mayor relevancia a la optimización de procesos, la calidad de los datos y la información que resulte de estos, así como a la gestión del cambio en la cultura organizacional para facilitar la transformación empresarial.
Entre sus bondades, podemos destacar que:
• Es una buena forma de estructurar y gestionar adecuadamente la información de la empresa asegurando la calidad, confidencialidad, seguridad, continuidad del proceso empresarial a través del tiempo y asegurando resultados visibles.
• Optimiza los procesos organizacionales a partir de sistemas de información que simplifican las actividades del día a día, tecnificando los procesos, ahorrando tiempo y esfuerzo.
• Permite tener información oportuna para tomar decisiones clave.
• La organización puede lograr mayor conocimiento de su negocio, sus clientes, hábitos del cliente, tendencias de mercado y de la competencia, si sabe gestionar la información almacenada.
• Es infalible para establecer diferencias entre cómo se encuentra la empresa antes de iniciar la implementación del plan estratégico y a dónde llega cuando se ejecuta. Es vital conocer la necesidad de gestionar de manera adecuada la información y datos de todas las áreas de la organización.
La transformación digital parte de bases fuertes. Por ejemplo, del modelo de negocio de la empresa, siempre debe estar orientada a un crecimiento ordenado y en equilibrio de las inversiones que se hagan en tecnologías de la información. Un plan consciente de inversión en el ámbito tecnológico, es garantía de claridad y coherencia en el crecimiento progresivo de la empresa, todo esto, apalancado por las TI.
Para tener mejores resultados, también se debe contar con un plan de comunicaciones para el conocimiento de los públicos interesados. Este proceso comunicativo debe ser efectivo en el mensaje que quiere entregar. En la medida en que se desarrolla e implementa el PETIC, es prioritario difundir los avances, para que los interesados se enteren de los esfuerzos corporativos, que conozcan su desarrollo en el tiempo y puedan evidenciar la transformación empresarial.
La revisión del PETIC, debe hacerse en un término de cuatro a cinco años, con una actualización anual, siendo un indicador efectivo de la transformación lograda en ese mismo plazo. Al final, podrá entregar un completo informe de la evolución y logros obtenidos, que lo pondrá en una situación diametralmente opuesta, a la que estaba cuando se inició la ejecución del plan estratégico de tecnologías de información y comunicaciones (PETIC).
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