“La incertidumbre es donde suceden las cosas. Es el lugar donde las oportunidades — para el éxito, para la felicidad, para vivir realmente — están esperando.” Martha Nussbaum
Colombia pasa por el ojo del huracán en tiempos de incertidumbre y nerviosismo por la crisis política, económica y social, provocada por los mismos males que vivimos desde hace décadas, pero con un jugador inesperado, la era del posconflicto. Este factor, sumado a la desesperanza por la falta de empleo y la incógnita que supone la resocialización de ex guerrilleros, llenan de angustia a una población adormecida por un futuro incierto y en el que la falta de acciones en pro de buscar soluciones contundentes para tranquilizar a los colombianos, se torna insostenible para los empresarios.
Las próximas elecciones presidenciales generan dudas por las consecuencias obligadas que traerá la llegada a la Casa de Nariño de uno u otro candidato, sea cual sea su inclinación ideológica. Esta tensión ha frenado el normal desarrollo de la economía, desviando la mirada a temas que de una u otra manera, alteran el rumbo del país. La polarización álgida y la decreciente llegada de dineros procedentes del extranjero, presiona a realizar inversiones sujetas a la espera de los comicios presidenciales.
Las problemáticas sociales trascienden nuestras fronteras y la zozobra por una eventual situación igual a la que vive Venezuela, son el pan de cada día; en cada esquina, se palpa el negativismo. La migración desmedida preocupa a los diversos sectores económicos y al mismo trabajador, pues se ven amenazados por la mano de obra barata que viene del vecino país y genera desconcierto entre los empresarios por la vulnerabilidad del sistema de salud, la sobre oferta de empleo y la inseguridad reinante en las ciudades.
Trasladando los males del país a la experticia médica, el diagnóstico primario indica que la desaceleración económica ha sido una excusa para ver cómo se nos hace paisaje vivir en medio de la incertidumbre; no obstante, el ambiente hostil se percibe más por el temor de lo que no hemos vivido, que a una experiencia propia que nos condene.
La receta para mejorar al enfermo, no es otra que la unión y la acción en medio de la turbulencia. Parte de la nostalgia por los tiempos pasados, son la incapacidad de mirar al frente y planear revoluciones que den frutos. Olvidamos la máxima que indica que para obtener resultados diferentes, debemos cambiar las cosas que hacemos repetitivamente.
Lejos de pensar en que no hay salidas y que la crisis ahoga a Colombia, es el momento de reinventarse y apostar por revertir esta situación. Si bien el negativismo abunda, no puede permanecer estático observando cómo se desarrollan las acciones, debe convertirse en el actor protagónico y buscar oportunidades en donde la gente del común ve solo dificultades.
No siempre es fácil hablar, pues está claro que las cosas no funcionan igual para todos y las recetas para lograr el éxito no siempre son las mismas. Volver a lo más básico es quizá una buena solución, asesorarse de los expertos y abrir la cabeza a un panorama diferente saliendo de la zona de confort es una clara solución. Es muy importante tener un espíritu generoso y dispuesto a retar los obstáculos; también es útil que su actitud sea distinta, más arriesgada y confiada en lo que puede hacer y enfocarse en el objetivo que se ha trazado.
Hacer crecer su compañía depende de la creatividad y la productividad, nada nuevo. Pero en momentos de dificultad, debe sostener a su equipo y repensar su papel en la compañía. Permita que sus colaboradores sean parte de la solución, confíe en sus capacidades y rodéese de gente con ansia de éxito. Agachar la cabeza y sentirse derrotado no es una opción, por lo que no debe resignar sus esfuerzos ante el primer resbalón, recuerde que no siempre las cosas salen bien, pero depende de su garra salir de aprietos.
Otra buena oportunidad es buscar nuevos mercados, ya dice la sabiduría de las abuelas que no se pueden poner todos los huevos en la misma canasta. Abriendo nuevos caminos puede obtener resultados diversos; ante la incredulidad, pruebe mirando más allá y dese la ocasión de conocer nuevos clientes en lugares diferentes.
Aproveche la ayuda y los beneficios que le puede traer una consultoría. Si lo que desea es aclarar el panorama, sentirse apoyado y expandir su negocio, es necesario consultar con expertos para tener un diagnóstico preciso y conocer en qué puede estar fallando la compañía y en qué puntos se encuentran las fortalezas que lo harán triunfar. Esos valores diferenciales le asegurarán ser competitivo y saber cómo escalar entre los pesimistas. Por ningún motivo sea pasivo, no puede dejar pasar oportunidades frente a sus ojos por culpa de la incertidumbre.
De usted depende salir avante en épocas de zozobra, sea creativo, valiente y tenga en mente lo que vale su talento. Recuerde que mientras algunos lloran por la crisis, otros se dedican a venderle los pañuelos para que se sequen las lágrimas.
*Crédito de la imagen: Diseñado por Freepik