Relaciones entre elementos ambientales.
No es necesario ser un experto para reconocer que la deforestación es uno de los flagelos más devastadores para el mundo y que afectan a casi todas las líneas temáticas ambientales reconocidas hoy: bosques, biodiversidad, suelos, agua, recursos hídricos, cambio climático, mares, costas, residuos sólidos, aire e incluso el ruido. Seguramente ustedes ya encontraron varias relaciones que a simple vista se evidencian entre la deforestación y algunas líneas temáticas ambientales y que podrían ser incluso de causa-efecto. Si además nos remitimos a los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) enunciados en este año por Naciones Unidas, casi la mitad de ellos podrían tener alguna relación directa con la deforestación. Esto no es más que una muestra intuitiva de cómo todos los factores ambientales están relacionados y afectados entre sí. Para las generaciones más jóvenes esta interrelación es tan natural que seguro al leer este párrafo les parecería una redundancia. Para las generaciones menos recientes, no es tan complicado encontrar estas relaciones aunque nos toque hacer algún esfuerzo. De pronto no tantas, gracias a lo que Edward de Bono denomina pensamiento divergente o colateral que los mayores vamos perdiendo con el tiempo. Pero eso es otro tema.
Relaciones entre los elementos empresariales.
Los grandes gurús del desarrollo empresarial se han devanado los sesos por años por encontrar las relaciones que tienen los elementos que afectan a las empresas para alcanzar el éxito: Unos hablan de las fuerzas de mercado, otros de tendencias, otros de océanos de diferentes colores. Otros de las interacciones entre el aprendizaje, los procesos, los clientes y los resultados financieros. Los más avezados hablan de fin superior y liderazgo consciente e incluso, hace ya unos años, está acuñado el término responsabilidad social empresarial a nivel mundial como una herramienta para incluir lo social en lo empresarial.
La simplicidad de entender y aplicar estos conocimientos ha llegado a ser probablemente el culmen de este conocimiento cuando encontramos en un proceso de co-creación relativamente reciente la consolidación de los elementos claves para poder generar modelos de negocio que parten desde la propuesta de valor[1].
Las relaciones entre el desarrollo empresarial y el desarrollo sostenible
El objetivo integrador de los Objetivos de Desarrollo Sostenible es justamente el último, que tiene un planteamiento práctico de cómo llevar a cabo los otros dieciséis. Este es: Fortalecer los medios de ejecución y revitalizar la alianza mundial para el desarrollo sostenible. Esto es incluye alentar y promover la constitución de alianzas eficaces en las esferas pública, público-privada y de la sociedad civil, aprovechando la experiencia y las estrategias de obtención de recursos de dichas asociaciones.
Proyecto Ítaca[2] viene trabajando desde hace seis años en modelos de desarrollo empresarial y ha encontrado que muchos de ellos aplicados de manera adecuada al desarrollo sostenible (y viceversa) trascienden la filantropía o al impacto inocuo e insuficiente de muchos planes de responsabilidad social de algunas organizaciones. Elementos tan reconocidos como la planeación estratégica, la arquitectura empresarial, la gestión de proyectos, la gestión de procesos, el mercadeo, la visión estratégica de Tecnologías de información y el talento humano (este último probablemente la piedra angular de los otros) son tan relevantes como efectivos en la visión integral del Desarrollo Sostenible. Para la muestra estos son algunos de los proyectos en los que Proyecto Ítaca ha participado recientemente o está participando actualmente: La visión estratégica a 10 años del Sistema de Información Ambiental Colombiano, la metodología para la planeación estratégica del sector ambiental, el diseño del modelo de inversión de agua y saneamiento básico del país, planeación estratégica de tecnologías de Información en Minambiente y Minvivienda, el modelo para la actuación en territorios de manera sostenible para empresas de servicios públicos, entre otros.
Un propósito común.
Un ejemplo reciente para ilustrar la relevancia de aplicar las mejores prácticas empresariales para el desarrollo sostenible fue la información comparativa 2013-2014 sobre deforestación en el país que compartió hace apenas unos días el IDEAM[3]. Esta tiene dos aristas distintas: 1) Por un lado en la Amazonia la deforestación en 2014 fue de 63.280 hectáreas colombianas en 2014 que corresponden a casi la mitad del tamaño Bogotá. Sin embargo la Amazonia fue la única zona del país donde la deforestación disminuyó un 8 por ciento en el mismo periodo. 2) Por otro lado, empezamos a tener una información confiable y sistemática de la deforestación en el país que nos permitirá actuar de manera adecuada y preventiva frente a este flagelo. Poder contar con sistemas de información confiables y con esquemas de gobernanza adecuados para poder tomar decisiones con antelación son parte del aprendizaje de las prácticas empresariales que deben capitalizarse en el desarrollo sostenible.
Se deben aunar esfuerzos entre lo público y lo privado como bien nos lo dice el último de los objetivos de desarrollo sostenible, y eso significa llevar, entre otras cosas, el conocimiento y las prácticas empresariales tan efectivas y reconocidas en el mundo empresarial, al ámbito social y de manera directa. El éxito empresarial ya no se mide solo por los resultados económicos. Debemos seguir encontrando de manera holística las mejores prácticas para poder reaccionar efectivamente frente los problemas claves que afectan la sostenibilidad de nuestro planeta y aplicar las experiencias empresariales en lo social: ese es el propósito de Proyecto Ítaca.
[1] Business Model Generation: Alexander Osterwalder & Yves Pigneur. 2010
[2] Proyecto Ítaca: Compañía de consultoría cuya razón social es GPPG CONSULTORIA SAS con operación en Bogotá, Colombia. www.proyectoitaca.co
[3] Fuente: http://sostenibilidad.semana.com/medio-ambiente/articulo/deforestacion-colombia-crecio-llego-140000-hectareas-2014/34163