Dejar atrás la comodidad del empleo fijo, el sueldo y un horario repetitivo, es una decisión de vida; la antigua escuela del pensamiento conservador no permitía licencias a la hora de imaginar un futuro en la independencia. Una sociedad temerosa a la oportunidad de cambio, era la constante de otros tiempos.
Alguna vez, intercambié conceptos con un emprendedor, quien me confesaba el momento preciso en el que un anhelo que parecía infantil, le terminó cambiando su proyecto de vida. Tras haber conseguido parte de sus objetivos en el periodismo, me contó que pudo conocer a su héroe deportivo, el tenista Roger Federer. Luego de abrazarlo, profesarle su admiración y posar con él en una foto borrosa y oscura, aprendió que la vida real tenía enfoques diversos, llenos de ganas y tesón. Dio un paso y se distanció de la convicción de seguir un parámetro, e instintivamente decidió escribir su propia historia.
Supuse que entendiendo que el mundo avanzaba a una velocidad vertiginosa, y con la emoción de asumir nuevos retos, tuvo la valentía de tomar la decisión de iniciar el camino de ser su propia fuente de trabajo. No importaron la dureza de las deudas mes a mes, la incredulidad y las opiniones contrarias que pudieran haber entorpecido el proceso de desarrollo del emprendimiento.
Así este joven no hubiera aprendido de finanzas, manejo de clientes, ventas, impuestos, cuentas por pagar, cobrar, y demás obligaciones empresariales, siguió su inspiración, deseos de superación y éxito basándolos como pilar para alcanzar todo lo que se proponía. Su emprendimiento encontró un espacio en el competido sector alimenticio; una buena oportunidad para mejorar el mercado de los refrigerios empresariales.
Uno debe creer en la premisa que iniciar y desarrollar una idea de negocio no es cuestión de miedos ni dudas. Existen por supuesto dificultades de inversión en el inicio, tramitología y carencia de apoyo a los emprendimientos en Colombia, pero a pesar de cualquier obstáculo se debe tener en mente aquella frase de la sabiduría popular ¡A palabras necias, oídos sordos!
Necesariamente se debe persistir y tomar en cuenta opiniones de aliados o expertos que nos permitan fortalecer las bases y consolidar nuestro propósito, pues muchas veces ser caprichosos afecta de forma directa el desarrollo y crecimiento de la idea. Conformar un equipo de trabajo con capacidades y formaciones en diversos aspectos, es una jugada clave para el éxito. Rodéese de gente buena vibra, receptiva y con buena disposición, éste es el patrimonio más importante cuando se decide ser el propio mundo laboral.
No se desanime ante la primera adversidad, no importan las frías estadísticas que muestran que cierto número de emprendimientos fracasan; eso sí, hay que estar dispuesto a mover el timón sobre la ruta para enderezar el rumbo y comprender que algunos intentos, de principio, no son lo que se esperaba.
El miedo es quizá uno de los sentimientos más humanos, pero no permita que controle sus acciones. Aventurarse no es malo, pero tampoco hay que desbocarse; existe un porcentaje para que la calamidad se haga presente y la semilla que sembramos nunca de fruto. El tan temido fracaso, siempre ronda nuestra cabeza, pero debe no ser asumido desde lo más estricto de su significado. No todo negocio funciona, pero no toda derrota es un fracaso; entienda que el aprendizaje en los malos momentos suele ser más constructivo, que en el éxtasis de la victoria. No se afane, sea consciente de lo que tiene y sáquele provecho, usted es único y su idea también lo es, así ya todo esté inventado en el planeta, siempre habrá alguien que quiera conocer y darle un chance a su proyecto.
Este testimonio invita a pensar que no podemos quedarnos estáticos ante la apuesta de soñar, pues hay que darle a la vida una razón para levantarse a luchar cada mañana. Trabaje con pasión, enamórese de su idea, defiéndala y sobre todo ejecútela, porque en gran parte de los procesos que nunca se llevan a cabo, la pasividad juega un papel determinante. Hay mucho por hacer y la cabeza debe estar todo el día en función de su meta, si decide emprender, ahora, hasta los domingos le pertenecen a su sueño.
Del riesgo parte el triunfo, es normal sentir que la balsa navega sin rumbo en ciertos momentos, pero su tenacidad y foco en lo realmente importante lo harán encontrar tierra firme. Recuerde que mientras unos lloran por la crisis, otros les venden los pañuelos para que se sequen las lágrimas.
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