Listo el proyecto de empredimiento, listas las ideas, listas las ganas y el talento humano, pero ¿de dónde sacar la plata? Proyecto Ítaca le comparte algunas de las principales altenativas y oportunidades que todo emprendedor debe conocer para buscar financiación, las bondades y las barreras para ello…
Conseguir financiación depende del nivel de madurez de la compañía o del proyecto que uno tenga. Existen diversos caminos que los emprendedores pueden explorar según sea su caso:
1. El primero y más habitual es el comúnmente denominado “las tres efes”: friends, family and fools (este último, irónicamente, se refiere a ´los locos´ que quieran invertir). Este es el primer camino para arrancar un proyecto de emprendimiento o iniciativa que no esté aún tan maduro comercialmente hablando. En pocas palabras, se trata de buscar la inversión en los más cercanos, en los que creen en uno.
2. Un siguiente paso es buscar la financiación a través de un crédito bancario. Implica, claro, capacidad para endeudarse. En otros países, existen mecanismos a través de los cuales los emprendedores tienen acceso a créditos que no implican mayor riesgo para los socios del negocio porque cuentan con respaldo del gobierno. Sin embargo, en Colombia es muy triste que el sector financiero o la banca, que es el que tiene la mayor proporción entre rentabilidad y número de personas, no apoye tan claramente los emprendimientos. El emprendedor básicamente debe firmar con su patrimonio personal como respaldo al préstamo o tomar un seguro con un costo adicional para que el Estado asuma el 50% de la deuda en caso de que las cosas no salgan cómo se espera.
3. Otra opción que existe en el país es buscar el apoyo de INNpulsa de Bancóldex que ofrece acompañamientos a emprendedores mediante varias líneas como Aldea. Se trata de que los emprendedores entran a una convocatoria para presentar su proyecto, superan diferentes pasos y, en caso de ser elegidos, Aldea les ayuda con apoyo en su proceso comercial o le paga a unos consultores para mejorar el producto, asesorar en el área comercial o en marketing digital. Más que una financiación, es un aporte al proyecto que puede ir desde 5 hasta 50 millones, en especie. Proyecto Ítaca es una entidad certificada de Aldea en el caso de INNpulsa.
4. Por su parte, entidades como Apps.co de MINTIC y Ruta N en Medellín apoyan negocios en ciencia y tecnología que están en búsqueda de financiación en alguna de sus etapas. Ofrecen asesoría sobre alternativas de financiación y acceso a recursos en convocatorias que pueden acomodarse a las necesidades de su emprendimiento según el nivel tecnológico que tenga y el nivel de madurez del emprendimiento.
5. La iniciativa Wayra de Movistar es una vía más. Los emprendedores presentan sus proyectos y los escogidos reciben aceleración, acompañamiento o dinero para seguir adelante. Incluso tienen la posibilidad de unirse a futuro con negocios que hagan sinergia con la estrategia de la misma Telefónica incluso en otros países.
6. Si su producto se encuentra en un nivel un poco más maduro, bien vale la pena buscar financiación en fondos de inversión locales o extranjeros. Tenga en cuenta que algunos fondos, que cuentan con mucho dinero para invertir, invierten rápidamente y buscan deslindarse del emprendimiento en los siguientes dos o tres años, así es que el producto tiene que generar muy buenos ingresos en ese lapso. Nazca, por ejemplo, tiene el capital para apoyar a emprendedores de base tecnológica, pero busca dejar el negocio a los dos o tres años haciendo que éste haya crecido. No olvide que la mayoría de los emprendimientos no tiene un crecimiento tan rápido, como lo tuvo Uber, Netflix, Rappi o el caso de Ciudad de Mascotas –cliente de Proyecto Ítaca- que pasó de vender un millón de pesos mensuales a vender a los dos o tres años casi 3.000 millones al año y ahora casi 5.000 millones de pesos. La mayoría de los emprendimientos se tardan en crecer y requieren de mucho trabajo.
7. A su vez existen otros fondos de inversión un poco más familiares, por ejemplo, empresas que tienen excedentes de liquidez y están dispuestas a invertir en un proyecto y a acompañarlo a más largo plazo.
8. En algunos casos vale la pena considerar ser apadrinados, es decir, acompañarse de una empresa más grande que crea su producto. Conseguir una especie de padrino que tenga sinergia con su producto o servicio (una empresa más grande) que acompañe a su emprendimiento en el proceso de crecimiento. Esto puede garantizarle el aire necesario para sobrellevar crisis iniciales y no fracasar. Es el caso de Periplia que fue adoptado por Proyecto Ítaca.
9. Finalmente, si no logra conseguir un padrino o empresa que crea en el negocio, no le tenga miedo a ceder parte del negocio para que éste pueda andar. Si uno tiene miedo a entregar el 30, 40, 50%, incluso la mayoría de su negocio, puede terminar pasando que el negocio nunca crezca. En cambio, lo importante es que crezca aunque uno sea dueño de un porcentaje menor.
10. Otra posibilidad son los fondos de inversión internacionales. Por ejemplo, una empresa muy reconocida llamada Next Lab se dedica a conseguir inversionistas de muchos tipos, los agrupa y sale por todo Latinoamérica buscando emprendimientos para invertir.
Lo cierto es que la mayoría de los emprendimientos son financiados por amigos y familiares, y son menos los que terminan siendo apoyados por los fondos de inversión o aceleración mencionados. Muy pocos también son financiados por el gobierno, solo aquellos que tienen los requisitos para pegarse a un modelo de negocio como el de INNpulsa por ejemplo, que ha crecido en la cantidad de emprendedores que apoya, pero no tiene tanto ancho de banda para invertir en todos los emprendedores que se presentan a sus convocatorias con una inversión tan grande. Los recursos públicos son limitados.
Así es que sí existen alternativas, pero no son tantas como se cree… En Colombia nos urge trabajar en una política pública que realmente apoye a emprendedores y empresarios pequeños o en vía de crecimiento. Una política estructural en términos de impuestos y de soporte y apoyo al crecimiento de la empresa. No puede ser que en muchos casos hasta un 11% de su retención en la fuente, es decir gran parte de su utilidad, quede en manos del gobierno y que tenga que ser reclamada posteriormente. Otra barrera importante es que haya un IVA del 19% para los emprendedores que cuando aún no venden este procentaje se vuelve un costo adiconal de su producto o servicio. Por otro lado también es cierto que el gobierno ha hecho esfuerzos para que la venta de algunos productos, por ejemplo los que están en la nube, puedan ser vendidos sin ese IVA.
Asimismo, no puede ser que la deuda con la banca la acabe pagando el emprendedor como persona natural con su patrimonio personal porque finalmente el banco nunca pierde, pues el compromiso finalmente recae sobre el patrimonio personal. Si se calcula que de cada 10 emprendedores solamente 1.5 termina pasando el cuarto año, quiere decir que 8.5 termina fracasando y seguramente resolviendo el tema de la deuda con su patrimonio personal, es decir, emprender acaba empobreciendo a los emprendedores. Eso está desincentivando a los empresarios jóvenes para que salgan adelante y lo sigan intentando.
¡Urge mayor apoyo por parte del gobierno con políticas más estructurales de financiación para crear empresa, para soñar y hacer crecer los negocios en pro de una construcción de país!