La necesidad es latente, de cada CIEN emprendedores que arrancan su idea de negocio en Colombia solo SEIS logran convertirse en empresarios establecidos, según el último reporte GEM 2013 para Colombia, esto se debe en su gran mayoría a la falta de mecanismos de acompañamiento, apoyo y estímulo para crecer.
Y esta falta de acompañamiento se refleja en varios aspectos:
• Líder emprendedor: la gran mayoría de los líderes de los equipos emprendedores desfallecen fácilmente en el camino, pues carecen de competencias propias de este perfil para enfrentar los retos que este ejercicio plantea, tales como capacidad de escucha y aceptación de retroalimentación, visión estratégica, trabajo en equipo, liderazgo, networking, entre otras.
Tienen mentalidad cortoplacista y consideran que el emprendimiento es un negocio que se desarrolla de un día para otro y con rentabilidades extraordinarias como el caso de Facebook y otros similares. Por eso cuando se lanzan al ruedo y se dan cuenta de que el ejercicio de un emprendedor implica un alto esfuerzo y un trabajo duro por largos periodos de tiempo, desisten rápidamente de la idea de convertirse en empresarios.
• Modelo de negocio: los emprendedores estructuran sus ideas de una forma muy ligera y con falta de foco, segmentación, diferenciación e innovación, ignoran la competencia (local y en el exterior), no escuchan la necesidad del mercado y asumen sus necesidades como la problemática global, no tienen en cuenta todas las perspectivas para elaborar un modelo sólido como proyecciones financieras y de inversión (además consideran que no tienen que invertir recursos propios sino siempre conseguir plata de otros agentes). Adicional a esto, no saben vender sus ideas de negocio, pues no construyen una historia sobre la cual sustentar el potencial del modelo construido.
• Producto Vs. Mercado: existe un paradigma de la perfección entre los emprendedores: el producto debe estar 100% desarrollado y listo antes de venderlo, por esto muchas veces se concentran en el producto y pierden de vista al cliente, haciendo que las validaciones de mercado se demoren mucho y se pierdan oportunidades de venta y de entender quién es el cliente y qué es lo que quiere comprar. La mayoría no encuentra un canal de distribución adecuado, además la investigación de mercado ha sido pobre y no hay estudios serios sobre la competencia, debilidades, amenazas, oportunidades, fortalezas y análisis horizontal de precios.
• Colaboración: entre los emprendedores se cree que siempre se debe ver a la competencia como el enemigo, desconociendo que es posible encontrar sinergias y complementariedades en donde, con habilidades de negociación (gana-gana) se logran mejores resultados para los negocios propios pero sobre todo para el cliente.
Un ejemplo que todos deberíamos tener de referencia sobre colaboración es el que cita la Revista Semana y que hace parte del libro de Walter Isaacson, The Innovators: How a Group of Hackers, Geniuses and Geeks Created the Digital Revolution.
• Gestión: los emprendedores no le dan valor la organización y la gestión, por lo que no planean ni ejecutan ordenadamente sus acciones y esto dificulta que cumplan su propuesta de valor para los clientes; sin estos dos elementos tan importantes, competir es como emprender un viaje sin mapa de navegación que es lo que usualmente les sucede a quienes deciden convertirse en emprendedores: fallan por actuar sin plan ni priorización, lo que hace que improvisen y derrochen recursos valiosos (y escasos casi siempre), embarcándose en un viaje de prueba y error que siempre será costoso.
• Ecosistema de emprendimiento: aunque es claro que estamos en un proceso de aprendizaje y todas las partes estamos contribuyendo a la construcción del ecosistema de emprendimiento en el país, en muchas ocasiones hace falta difundir las iniciativas de apoyo al emprendedor en sus diferentes etapas y las fuentes de apoyo especializado. Innpulsa Colombia ofrece algunas Ofertas Innpulsa.
Esto sucede en todas las regiones del país y es una problemática que debemos abordar ya.
Ahora bien, los actores del ecosistema estamos promoviendo que las ideas de negocio sean novedosas e innovadoras –no solo en producto sino en segmento o en procesos productivos-, pero este requisito no lo estamos promoviendo en toda la línea de emprendimiento, es decir, desde la formación básica (primaria, secundaria, profesional) de manera transversal a todas las profesiones hasta la exigencia a grandes industrias ya establecidas, quienes en su mayoría se enfocan en ganar a través de cambios en la legislación y no en encontrar aspectos novedosos que hagan más productivos sus negocios y por tanto, se encuentren mayores beneficios para los clientes y usuarios.
Esto implica que el entorno se afecte y se fracture, de lo cual muchas veces los emprendedores se aprovechan para justificar las debilidades de sus modelos de negocio.
Basados en esta problemática, en Proyecto Ítaca lidero un programa de desarrollo empresarial en el que estamos orientados a generar un esquema de apoyo al emprendimiento en Bogotá y las regiones con el fin último de contribuir a que, al menos, se duplique la tasa de efectividad de emprendimientos en el país para que prosperen en la idea de convertirse en empresas sostenibles y rentables.
Y lo hacemos porque nacimos como un emprendimiento hace cinco años y conocemos las ventajas y obstáculos del camino emprendedor, por eso decidimos que la mejor forma de estar en el ecosistema de emprendimiento del país es siendo parte activa del mismo, esto es, transfiriendo nuestro conocimiento al mismo tiempo que aprendemos de nuestros emprendedores y facilitamos el camino para que se conviertan en empresarios exitosos.
Como ya está clara la problemática, en mis siguientes posts ahondaré en cómo abordar cada situación (buena y mala) que se presenta en el camino para llegar a esa Ítaca que cada uno se propone como destino y que es relevante para lograr las metas.
Los invito a que hagan parte de este espacio para compartir experiencias y construyamos un mejor entorno empresarial para todos.